lunes, 25 de junio de 2012

Satán


Satanás o Satán viene del latín Satāna, y éste a su vez del arameo הַשָּׂטָן, ha-shatán, "adversario, enemigo, acusador". El sentido primario, de la raíz שטן (štn, "impedir, hostigar, oponerse"), sería simplemente el de "enemigo". El término shatán también entra en la vida jurídica israelita, y alcanza el sentido de "acusador delante del tribunal" (Salmos 109:6 ) (Zacarías 3:1) y el término shitna, derivado de la misma raíz, es la "acusación". En lengua árabe se le llama shaytán, que también significa "serpiente". Iblīs (en árabe, إبليس) en el islam, es el nombre de un genio maligno que se negó a inclinarse ante Adam y se apartó de Alá. La palabra Iblis deriva de la raíz árabe balasa بَلَسَ, que significa "el desesperado"; de ese modo, el significado linguístico de Iblis sería "el/lo que causa desesperación". El personaje es más conocido, sin embargo, como Shaytán (شيْطان). Con este último nombre aparece citado 87 veces en el Corán, mientras que el nombre de Iblís se cita únicamente nueve veces. Se le llama también al-waswās (الوَسْوَاس), esto es, "el murmurador", porque inocula con sus murmuraciones la tentacion en el corazón de la gente, al-jannās (الخَنَّاس), "el esquivo" y al-rayīm, "el lapidado" (الرجيم).

Según las enseñanzas islámicas básicas, Alá creó al menos tres razas inteligentes, los ángeles, los genios y los seres humanos. Las dos últimas tienen la libertad de elegir entre Alá y Shaytán. De acuerdo al Corán, Shaitán o Iblis era un genio y un fiel sirviente de Alá. Sin embargo, de acuerdo a otras fuentes, fue un ángel desobediente, en realidad, un genio de tan alto estatus que alcanzó la misma categoría de los ángeles. Pero Alá conocía sus intenciones y de ahí el nombre de Iblis (el que causa desesperación). Los ángeles no tienen la libertad de desobedecer a Alá. Un día, éste dijo a sus creaciones que uno de ellos se volvería contra él. Los ángeles corrieron a Iblis, sabiendo que Alá escuchaba sus súplicas. Iblis rogó entonces a Alá que no dejara que ninguno de los ángeles se volviera contra él, pero no se incluyó en la súplica, ya que se consideraba a salvo. Pero cuando Alá creó a Adán, todos los ángeles se postraron ante él, excepto Iblis, que rehusó obedecer.

Iblis se consideraba superior a Adán, que fue creado del barro, mientras que él fue creado del "fuego sin humo". Por este acto de desobediencia, Alá lo condenó al infierno por toda la eternidad, pero le dio tiempo hasta el día del Juicio Final. Durante ese tiempo, trataría de corromper a los seres humanos como una forma de venganza. Por rehusar obedecer a Alá, fue expulsado del paraíso y a partir de entonces fue llamado Shaitán. En la teología islámica, Shaitán y sus subalternos son considerados los susurradores, que susurran en los corazones de hombres y mujeres, urgiéndoles a cometer pecado.

Su historia se narra en el libro del Génesis, desde el versículo 26 del capítulo 1 hasta el versículo 2 del capítulo 5 (Génesis 1:27–5:2), la primera parte, hasta el versículo 5 del capítulo 5 (Génesis 1:26-5:5), trata de Adán y cuenta como este fue creado del polvo mediante la alfarería a imagen y semejanza del creador, dándole vida el Creador (Demiurgo) mediante un soplo; el cual le provee al Espíritu Santo, que pasa a morar en él.

El Demiurgo puso a Adán y Eva en el Jardín del Edén (Génesis 2:15), el paraíso, y para probar su fidelidad y obediencia les dio el mandato de comer de todos los árboles del huerto, excepto uno, llamado árbol de la ciencia del bien y del mal (mas no les prohibió comer del árbol de la vida) indicándole a Adán y Eva que si comían los frutos de él, iban a morir (Génesis 2:16-17). La serpiente (Satanás) se aprovechó de esta única regla, y así tentó y engañó a Eva; la cual comió del fruto prohibido. Eva viendo que era "bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y realmente un árbol codiciable para alcanzar la sabiduría", le dio también a comer a su marido (Génesis 3:6). El Creador dijo: "El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, lo coma y viva para siempre." (Génesis 3:22). Esta falta de obediencia les acarreó la expulsión del Paraíso (Génesis 3:24). Expulsión en la que el Creador les castigó con la muerte, el dolor, la vergüenza y el trabajo "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás" (Génesis 3:19) o "parirás a tus hijos con dolor" (Génesis 3:16). Estos hechos son conocidos como el Pecado original.

Otra famosa serpiente, Nidhogg, encarna las fuerzas malignas del universo y se representa royendo continuamente el árbol de la vida. La serpiente fue también símbolo de fertilidad, de las aguas, de eternidad (cuando se muerde la cola), de la medicina (Caduceo), del mal, la sabiduría, esencia de la vida, etc. Es de notar que Satanás tienen el epíteto de serpiente o dragón en la Biblia, de hecho "dragón" tiene como raíz etimológica drek- (ver), que en griego tiene el significado de dragón o serpiente. Satanás es el enemigo natural del hombre, del mismo modo que el lobo lo es de la oveja. Para seguir sus pasos debemos acudir a algunos mitos antiguos e investigar los diferentes nombres que recibió a lo largo de los milenios. Desenmascararlo no será fácil (no en vano uno de sus epítetos fue "el esquivo"), sin embargo adelanto que no se escapará. En primer lugar debe descartarse la tradicional similitud entre el Diablo y Satanás, palabras que no tienen nada que ver una con otra. Algunos estudiosos apuntan que probablemente "Satán" sea palabra derivada de "Set", el dios egipcio, que en la época tolomaica tenía un carácter marcádamente negativo.

Tifón contra Zeus: También llamado Tifeo o Tifoeo, Tifón es un monstruo hijo de Gea y Tártaro. Pertenece al linaje de las divinidades primordiales nacidas de la Tierra, fuerzas monstruosas contra las que Zeus tuvo que enfrentarse para establecer definitivamente el orden olímpico. Gea engendró a éste último para vengar la derrota de Crono, los titanes y los gigantes. Tifón es un ser gigantesco y aterrador. Su cabeza rozaba las estrellas y con sus brazos extendidos, cuyos dedos remataban cabezas de dragones, podía a la vez tocar Oriente y Occidente. Sus ojos lanzaban llamas y horribles víboras ceñían la parte inferior de su cuerpo alado.

Cuenta Hesíodo que Tifón atacó a los dioses y fue fulminado por el rayo de Zeus. Otra tradición evoca, en cambio, una lucha mucho más larga durante la cual los dioses, aterrorizados por el monstruo, tuvieron que huir hasta Egipto, donde se escondieron adoptando formas de animales. Solo Zeus osó enfrentarse con él, pero durante un terrible cuerpo a cuerpo el monstruo pudo apoderarse de la hoz con la que Zeus iba armado y le cortó los tendones de brazos y piernas. Después de reducirlo a la impotencia, Tifón lo encerró en una caverna de Cilicia, y escondió los tendones del dios en un saco de piel de oso que confió a la vigilancia de una dragona, Delfina.

Hermes, ayudado por Pan, logró apoderarse del saco y volvió a colocar los tendones a Zeus. El señor de los dioses recuperó su fuerza y se lanzó de nuevo a la lucha utilizando varias veces el rayo. Tifón, herido, huyó hasta Sicilia, pero Zeus consiguió finalmente aplastarlo arrojándole encima el monte Etna, de donde a veces salen todavía las llamas y los rugidos del monstruo prisionero. De Tifón y Equidna, la víbora, nacieron diversos monstruos, entre ellos Cerbero, la Quimera y la hidra de Lerna.

Yam contra Baal: Un importante mito ugarítico cuenta el ataque de Baal y el destronamiento de El. Baal ataca desprevenidamente a El, que se encontraba en su palacio del monte Sapan, y logra herirle. El mito parece aludir a la castración de El, que se encuentra en otras mitologías como la griega y la hurrito-hitita (Anu). Esta castración explicaría satisfactoriamente el hecho de que el dios El perdiera la soberanía, puess en el Oriente antiguo los monarcas no podían estar castrados. Depués de verse privado de la soberanía, El se refugió en las profundidades de los abismos. El padre de los hombres y de los dioses pidió socorro a los dioses, Yam acude en su auxilio y le ofrece bebida fuerte. El le nombra sucesor suyo, le promete un palacio (templo) y le anima a derrotar a Baal. Se entabla un combate entre éste último y Yam, quien al parecer obtiene la victoria y con ella la soberanía. El y la mayor parte de los dioses se encuentran reunidos en una montaña. Yam exige la rendición de Baal, quien le había insultado y había asustado a los dioses. El recibió a los mensajeros de Yam y declaró que Baal debe pagar un tributo a Yam, pues es su esclavo, y podían dominarlo con facilidad. Baal se prepara para enfrentarse a Yam, con el auxilio de Anat.

En otra versión, Yam desterró a Baal, pero fue vencido por Anat. Kosharawa-Hasis, el herrero divino, prepara a Baal dos garrotes mágicos, que se disparan como flechas. Con uno Baal toca el hombro de Yam y con el otro le golpea la frente, cae a tierra y es muerto por Baal. Ashart le suplica que le descuartice y disperse sus miembros. Los antiguos griegos identificaron a El con Cronos, a Baal con Zeus y Yam con Poseidón.

Yam es el hijo amado de El y como tal recibe sacrificios. Es al mismo tiempo dios y un monstruo acuático, un dragón con siete cabezas. Es el principio y la manifestación de las aguas subterráneas. El triunfo de Baal simboliza la victoria de la lluvia sobre el mar. La lluvia fecundadora sustituye al mar estéril. Con este triunfo sobre el monstruo acuático, Baal justifica su soberanía. El mito alude a la venganza de un dios joven contra el usurpador, que ha castrado a su padre. Estos combates se pueden repetir muchas veces, por eso Yam reaparece en otros textos.

Algunos autores han señalado con respecto a Yam en el ciclo de Baal, que una posible vocalización es Yaw, cuya etimología podría tener relación con Yavé (YHWH), el dios hebreo del Antiguo Testamento. Esta tesis puede ser apoyada por un enfrentamiento existente entre los sacerdotes de Yavé, liderados por Elías, y los de Baal en el Monte Carmelo (Reyes 1, 18). Asimismo son muchas las condenas en la Biblia hacia Baal y su identificación con el mal.

Apofis contra Ra: Apofis es la serpiente que encarna a las fuerzas del caos en Egipto. Enemigo eterno de Ra, la inmensa serpiente cósmica que conocemos con el nombre de Apofis -Aopep en los textos egipcios a partir del Primer período intermedio- representa a las fuerzas del caos que existían antes de la creación, y que rechazadas ante los límites del mundo en el momento de ésta, amenazan de forma perpetua la obra del Creador.

Es lo que nos cuenta, a su modo, un texto del templo de Esna, que explica el nacimiento de Apofis y el motivo de su rebelión mediante un juego de palabras entre su nombre y uno de los verbos que significa escupir: en el primer momento de la creación, "los dioses anteriores" que acababan de nacer "de la saliva" del joven sol "rechazaron un escupitajo" de éste, que "se transformó en una serpiente de 120 codos que fue llamada Apofis. Su corazón concibió la rebelión contra Ra, con sus socios salidos de su ojo".

Pero este texto tardío es único. De hecho, Apofis y sus comparsas pertenecen a lo increado y, por ese motivo, solo se les puede neutralizar durante un cierto tiempo, pues es imposible destruirlos definitivamente. Todas las tardes, cuando el sol desaparece y el mundo vuelve a encontrarse durante las doce horas de la noche en las tinieblas ya conocidas del caos original, el incesante combate entre el astro divino y el gigantesco reptil se reanuda hasta que la luz triunfa de nuevo al amanecer.

Por más que se esforzaban era imposible matar a Apofis. El arsenal puesto en práctica a todos los niveles para intentar conseguirlo es impresionante. El Libro de Apofis del papiro Bremmer-Rhind, que revela 29 nombres o epítetos bajo los cuales se escondía la maléfica serpiente, conserva un conjunto de fórmulas mágicas destinadas a "abatir" o a "rechazar" al ofidio. Era necesario pronunciarlas en el momento oportuno, por ejemplo echando al fuego una figurita de cera con su nombre escrito con tinta verde o haciendo lo mismo con figuras compuestas dibujadas en una hoja de papiro nuevo; pero también escupiéndole, poniéndole obstáculos o pisoteando su imagen con el pie izquierdo.

Si el propio Ra se defiende de los ataques de su adversario, llegando al punto de transformarse "en un icneumón de 46 codos" para tener un tamaño adecuado para poder luchar con el reptil gigante o de adoptar el aspecto del gato de Heliópolis con el fin de cortarle la cabeza justo antes del alba, es tarea de Seth, el único que puede sostenerle la mirada sin quedar hipnotizado, como sucede con el resto de la tripulación de la barca solar, hacer que Apofis no pueda impedir el avance de ésta: de pie en la proa de la nave, le atraviesa el cuerpo con un golpe de lanza, igual que hace el rey en una escena ritual representada a menudo en las paredes de los templos grecorromanos.

Un papiro del museo de Brooklyn conserva los elementos básicos del manual de un "conjurador de Selqet", es decir, un conjunto de fórmulas mágico-médicas destinadas a curar las mordeduras de serpientes y escorpiones. Antes de los antídotos, el texto describía más de cuarenta reptiles más o menos venenosos para permitir el médico-mago identificar correctamente al responsable de la mordedura y elegir el remedio adecuado. Entre las descripciones aparece la de un reptil de veneno mortal que los egipcios tenían por enemigo de Ra, posiblemente porque tenía el color rojo de "aquello que es adverso". En el papiro se puede leer, en efecto: "En cuanto a la gran serpiente Apofis, es roja en su totalidad; su vientre es blanco; tiene cuatro colmillos en la boca".

No encontramos detalles de experto en ofidios en la iconografía de Apofis, que en cuanto al color no se distingue en nada de los numerosos reptiles, benéficos o maléficos, que pueblan el mundo de los dioses: en la mayoría de las ocasiones tienen el lomo negro, el vientre blanco y el resto del cuerpo bien de color ocre amarillo, bien azul, dos colores que podían aparecer en degradado o marcados con escamas negras. Además de su nombre y el tamaño desmesurado de su cuerpo, que puede formar numerosos bucles ingeniosamente dispuestos, se reconoce a Apofis por las situaciones, cuando menos poco confortables, en las que aparece representada: en la séptima hora del Libro de Amduat, sujeto con una correa por Selqet y con seis cuchillos clavados en el cuerpo; en la duodécima hora del Libro de las puertas, encadenada con fuerza a cinco piquetas por los hijos de Horus; en la viñeta 17 del Libro de los muertos, decapitada por el gato de Heliópolis, que para hacerlo le sujeta la cabeza contra el suelo con una pata, al pie del árbol ished; y en una célebre escena del templo de Hibis, en Kharga, pisoteado por un Seth alado e hieracocéfalo que le atraviesa el cuerpo con su lanza.

Jörmungandr contra Thor: Jörmundgander o Jörmungandr, también llamada la "Serpiente de Midgard" (Miðgarðsormr en nórdico antiguo, Midgårdsormen en sueco y danés moderno), es una gigantesca serpiente que ronda Midgard (o Midgård) hasta el día del Ragnarök. Es un monstruo masculino. Tiene al dios Loki como padre y a la giganta Angrboda como madre, y cuando los Æsir se enteraron de este ser maligno engendrado por tan terribles padres, y vieron con su don de la adivinación las cosas terribles que haría, decidieron encargarse del monstruo. Odín lo lanzó al mar que rodea Midgard, donde quedará atrapado hasta el Ragnarök, el día de la destrucción total. Jormundgander creció tanto que mordiéndose la cola podría abrazar toda la tierra. Se le conoce también por ello en los idiomas escandinavos como "jordens band", esto es, "cinta del mundo". El nombre aparace con varias grafías alternativas en la literatura nórdica: Jormagund, Jormugand, Jormangund, Jormungandr, Jǫrmungandr, y Jörmungandr. La variaciones dependen de los criterios utilizados para interpretar las vocales en las runas, así como el deseo de utilizar la ortografía de los lenguajes nórdicos modernos.

La etimología del nombre en nórdico antiguo es la siguiente: (1) jörmun (relacionada al sajón antiguo "Irmin", proto-germánico *ermunaz) que significa "grande, exaltado, enorme, importante". Esta raíz se encuentra en numerosos nombres propios (p.ej., Ermengarde, Arminius); (2) gandr o ganðr (relacionada al inglés "wand", bastón o vara flexible, y a "to wind", torcer o doblar, proto-germánico *gandaz or *wandaz) es un nombre poético masculino que describe un objeto mágicamente poderoso o un ser imbuido con ese poder. El objeto normalmente asociado a gandr es pues una vara. Es el nombre usado a veces para describir el bastón o lanza de Odín; la raíz forma la primera parte de nombres propios conocidos como Gandalv, nombre que Tolkien tomaría prestado para su Gandalf. En consecuencia, jormungandr significa literalmente "el gran bastón", en el sentido de un objeto mágico muy grande y poderoso.

El enemigo de Jörmungander era el dios Thor. Destacan tres mitos en los cuales se muestran sus enfrentamientos.

-El reto de Útgarða-Loki: En el primero, Thor se encuentra a la serpiente, la cual ha sido disfrazada como un colosal gato por el rey gigante Útgarða-Loki. Como uno de los trabajos puestos por Útgarða-Loki, Thor debía cargar al gato; como era incapaz de cargar a una criatura tan monstruosa como Jörmundgander, se las arreglo para levantarlo lo suficiente para separar del suelo una de sus cuatro patas. Cuando Jörmundgander es revelado por Útgarða-Loki, el levantamiento del gato es considerado como uno de los actos más impresionantes.

-Thor, Hymer y Jörmundgander: Para una fiesta organizada en la morada de Ægir no había suficiente hidromiel para todos porque Ægir no poseía una caldera suficientemente grande para prepararla. Ægir le encomendó a Thor la tarea de buscar una caldera, pero ni Thor ni nadie la halló, hasta que Tyr le informó que Hymer el gigante, su padre, poseía una caldera de una milla de profundidad. Partieron en busca del palacio de Hymer para pedir prestada la caldera. Al ver llegar a Thor, el gigante se enfurecio, sin embargo sacrificó tres bueyes para la cena, de los cuales Thor comió dos enteros, y declaró que al día siguiente comerían pescado. A la mañana siguiente Hymer y Thor salieron a pescar, y se aventuraron en mares demasiado profundos, hasta los dominios de la serpiente de Midgard. Una vez allí, Thor lanzó su caña de pesca y Jörmundgander la agarró, luchando frenéticamente contra su adversario. Mientras el dios lanzaba miradas de odio a la gran serpiente, esta lanzaba mares de veneno. Hymer, al ver a la gran serpiente de Midgard, se acobardó y cortó el sedal antes de que el barco naufragara, por lo cual Jörmundgander pudo escapar. Al volver al palacio del gigante y dar una prueba más de su fuerza, Thor pudo llevarse la gran caldera.

-Ragnarök: Su último encuentro ocurrirá con la llegada del Ragnarök ("el destino de los regentes/dioses"), cuando Jörmundgander se arrastrará fuera del océano y envenenará los cielos. De sus fauces pululará el veneno y reptará entre el fuego de los gigantes hasta el lugar donde se halle Thor para luchar contra su némesis y aquel que tantas veces la había intentado cazar. Éste la matará y entonces caminará nueve pasos antes de caer muerto víctima del veneno de la serpiente.

Conclusiones: La batalla entre Yam y Baal tiene claras similitudes a la librada entre el mesopotámico Tiamat y Abzu, así como la del dios de la mitología hitita y hurrita Teshub (o Tarhunt) con la serpiente Illuyanka. En este aspecto se asemeja a la batalla entre Tiamat, Enlil y el babilonio Marduk. Yam comparte muchas características con el greco-romano Ophion (derivado de "ofidio"), la serpiente que Crono desterró del Monte Olimpo. También la historia es análoga a la guerra entre la serpiente Vritra y el dios Indra. 

A grandes rasgos Satán representa a las fuerzas más elementales y primitivas de la naturaleza: el agua (de donde viene la vida), el sexo (que garantiza la reproducción), la brujería (cambio de la forma del ánima o genio) y el instinto de supervivencia. Estas fuerzas existían mucho antes de que el hombre apareciese por la tierra. Debemos reconocer que el hombre no piensa igual que los animales y puede invertir, por medio de su mente y sus creencias, el contínuo ciclo natural de la vida terrenal: nacer, reproducirse y morir. Satán -para unos mitos dios y para otros genio- se convierte en amo cuando el hombre sigue sus pasiones (como cualquier animal) en lugar de su conciencia. Nadie en su sano juicio rendiría culto a esta entidad inhumana, sin embargo Satán lucha por el poder vacante dejado por el Demiurgo, y por medio de mentiras pretende sustituirlo: es por ello el dios de los hipócritas, aquellos que pretendiendo o creyendo ser fieles no siguen más que a sus más bajas pasiones. O bien el dios de los más insensatos, locos e irracionales que se hallan más cercanos a un animal que a un hombre. A nivel evolutivo la derrota de la serpiente representa el paso de una sociedad primitiva e instintiva a otra más civilizada dirigida por la razón: El hombre comienza a darse cuenta que es muy diferente a otras especies animales, es un paso inevitable.

En cuanto a la batalla entre Dios (el Diablo) con su panteón y Satán por el poder, representa la historia religiosa de la humanidad. Un Politeísmo que lucha contra el monoteísmo por ganar influencia social a toda costa, aunque sea a base de mentiras sobre el Demiurgo. En realidad los gnósticos llamaban impropiamente "Demiurgo" a Yavé, cuando debieron haberlo llamado Satán: el enemigo del hombre. Satán está predestinado a caer en el Juicio Final, cuando el hombre deje de engañarse por pura conveniencia sobre la realidad del Demiurgo y el universo donde habita. Los mitos son alegorías que esconden una realidad cargada de profundos significados filosóficos ocultos al hombre común, aquellos que los inventaron tenían mentes preclaras. La línea que separaba la teología de la filosofía era inexistente entre los antiguos. El mal no está en Satán o en los dioses sino en el concepto que tiene el hombre sobre ellos. La serpiente no es mala de por sí , pero puede ser peligrosa si se juega con ella.

La lucha entre el dragón y el caballero es un clásico del enfrentamiento entre la civilización y la barbarie, lo material frente a lo espiritual, y por ende del bien contra el mal. Vencer al eterno "enemigo" (Satán) conlleva adquirir sabiduría, los virtuosos necesitaban librar y vencer esta batalla para conseguir la santidad. La victoria solo se logra con autodisciplina y constancia (y si no que le pregunten a Baal), de lo contrario Satán se convierte en dueño del individuo: la parte pasional dominaría a la racional. La mujer simboliza la fecundidad humana a través de la cual Satán perpetúa su poder, de ahí su íntima relación con la serpiente. Definitivamente el "dios" que las brujas adoraban en los aquelarres era Satán, pues allí vencía lo irracional a lo racional por medio de drogas. Obviamente el hombre se ve afectado por los dioses, que a través de los demonios, tienen como esfera de influencia su destino, mientras que Satán rige la naturaleza primaria en la que vive. Pero no debe olvidarse que todos ellos son dirigidos a su vez por un ser superior llamado Demiurgo. Es al final el hombre el responsable de su libertad a través de la ascesis: evitanto las malas acciones (que empeoran el destino) y refrenando sus bajas pasiones (Satán entonces es vencido). Los sabios y ascetas de todas las culturas tenían razón, por eso el sabio sabe y el necio ignora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre con un tema interesante y lo mejor cuando pones las distintas versiones de cada religión para comparar.Me encanta tu blog.

Un saludo.

El Tormenta dijo...

Se comprueba que en todas las partes del globo el ser humano pertenece a la misma raza: Compartimos vida, muerte, ascetismo, creencias, filias y fobias. Solo cambian las palabras que se usan para definir los mismos conceptos, y a veces incluso ni cambian.

Agradezco tu apoyo, me servirá sin duda para seguir adelante con este proyecto. Hay tantas cosas de las que escribir y razonar que me parece que tenemos blog para rato.

Saludos