Un dicho es una
palabra o conjunto de palabras con que se expresa oralmente un
concepto cabal. Aunque aparentemente no tenga ninguna relación con
la magia y sus artificios, los dichos forman parte de ella en algunos casos. En seguida
lo vamos a comprobar.
Decir tiene como
raíz deik- (mostrar, pronunciar solemnemente). Del latín dico "decir", tenemos varias palabras que nos acercan al mundo
de la magia y religión: "Bendecir" y "maldecir"
denotan buena o mala intención en los dichos; "predecir"
consiste en anunciar algo que sucederá por medio de dichos;
"fatídico" (latín fatum "destino") se
refiere al dicho de una cosa o de una persona: Que anuncia o
pronostica el porvenir, especialmente si anuncia desgracias. Por
último tenemos "predicar" (proclamar solemnemente) y
"predicador".
Consta que en la
Edad Media española (s.VII) existió un tipo de mago llamado fatidicus al que muchos solían visitarle con objeto de
oir sus predicciones sobre el buen o mal destino de propios y ajenos. Huelga decir que
la Iglesia prohibió estas consultas y persiguió con saña a los
fatídicos. La bendición
siempre se ha asociado a los santos, se trata de palabras que traen
suerte al receptor de la misma. A santos y santones se les suponía
afortunados debido a su carisma (gracia o don natural), que se
representaba por medio de un aura sobre la cabeza.
La creencia en los
gafes y los afortunados está relativamente aceptada por la población.
En todos los lugares del planeta se creia que algunas brujas podían proferir maldiciones y
males de ojo que provocaban desgracias al projimo. No es extraño que hayan sido históricamente perseguidas en los cinco continentes, incluso todavía en no pocas zonas de cultura tribal.
La Iglesia añadió
a su culto las bendiciones desde temprana época. Asimismo la
evangelización entre los paganos no habría sido posible sin los
sermones de los predicadores.
En conclusión, las prédicas y dichos dependen mucho de la intención, conocimientos y moral del que habla, pues pueden ser fuente de sabiduría, demagogia, suerte o desgracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario