Propiamente
hablando "desgraciado" es el que carece por completo de gracia. La
palabra tiene varias acepciones en el castellano moderno:
-Que padece
desgracias o una desgracia.
-Desafortunado.
-Desagradable.
-Dicho de una
persona: Que inspira compasión o menosprecio.
-Perverso, ruin,
miserable.
Si el santo es el
modelo de individuo con gracia (don, carisma, suerte), el desgraciado
es su opuesto natural, es decir, se trata de una persona sin gracia
(desagradable), sin suerte (desafortunada) y sin bondad (perversa).
Mientras el santo es dadivoso en cuerpo y alma, el desgraciado es
enervante. ¿Qué es enervante? Veamos: Raíz (s)nedu- (tendón,
nervio). Procedente del latín nervus. Significa "Debilitar,
quitar las fuerzas". Enervante o enervador es adjetivo que se
aplica a todo aquello capaz de restar las fuerzas o el coraje a
alguien.
Por medio del contactus el taumaturgo o santo transfería fuerza benéfica,
mientras que el mago maléfico transmitía fuerza maléfica por el contagius. El contagio puede ser inquinans, si el alma
es maligna y mancillante; enervans, si produce la pérdida de
la propia fuerza y su traspaso a quien ha entrado con él en
contacto. Dicho de otro modo, el desgraciado absorve consciente o
inconscientemente la energía de la víctima en beneficio propio, eso
sí dejando a la otra persona enervada o enferma. En contraposición
al santo, algunas brujas perversas traían mala suerte, maldecían, echaban el mal de ojo etc. La palabra strige definía a la bruja que
secuestraba niños para chuparles la sangre, no es casualidad que el
mismo término se emplease en el este de Europa para los vampiros y
los brujos. Por otro lado nosferatu (literalmente "transmisor de enfermedades") es en griego vampiro.
En conclusión
podemos afirmar que el desgraciado es alma mala y vampírica, un arquetipo histórico. Es más
cotidiano de lo que pudiera parecer: todos hemos conocido gente que
da "mal rollo" y te dejan molido con la moral por los
suelos, coloquialmente se llaman "palizas" (te quita la soledad pero no da compañía). El desgraciado
carece de amigos verdaderos, los que se relacionan con él son
normalmente familiares, lerdos y conocidos del trabajo, más por intereses
o circunstancias que por afecto. Los desgraciados suelen evitarse entre sí ya que polos del mismo signo se repelen. Sin embargo adoran ser el centro de atención entre la muchedumbre, cosa que les permite recargar las pilas.
Su actitud vampírica le inclina al
robo de modo inevitable pues su alma se nutre del expolio. El
desgraciado no es una víctima de la sociedad o un perturbado: Es así
porque es así. Cuídese el lector por su bien de tratarlos a menudo
a menos que sea inevitable.
Recuerde que lo malo nunca trae nada bueno...
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