A pesar de lo que se cree normalmente, la capacidad de pensar y
emitir juicios no se limita en exclusiva al cerebro. Con todos los
adelantos existentes en la actualidad, no ha podido demostrarse
científicamente que todos los pensamientos se fabrican en el
cerebro, hay especialistas que consideran que es el corazón el
órgano que delibera, aunque para la mayoría es el cerebro. Muchas de las civilizaciones antiguas creían que era el corazón, y
no el cerebro, el órgano encargado de regir los pensamientos.
Palabras como "corazonada" o "concordia" indican
que el corazón jugaba un papel primordial a la hora de emitir un
juicio. Las personas carentes de juicio (con discordia en su corazón)
o locas podían razonar tan bien como otra cualquiera, pero era su
falta de concordia la que trastocaba sus ideas. Cuando estamos
airados o alterados se suelen emitir juicios erróneos que nunca
habríamos tomado de estar relajados y sin presión. Quiérase o no,
el corazón tiene algo que decir a la hora de decidirnos por una u
otra idea.
La propia palabra "pensar" tiene como raíz etimológica
(s)pen- (estirar, hilar), y procede del latín penso "pesar",
pues al pensar pesamos en una balanza el pro y el contra de una
idea. Dicha balanza se ha asociado desde siempre a la concordia, al
equilibrio, a las creencias y al corazón. El dios Anubis pesaba los
corazones de los difuntos en una balanza para conocer la maldad de
los pensamientos.
-Los
hemisferios: El cerebro humano consta de dos hemisferios, unidos
por el cuerpo calloso, que se hallan relacionados con áreas muy
diversas de actividad y funcionan de modo muy diferente, aunque
complementario. Podría decirse que cada hemisferio, en cierto
sentido, percibe su propia realidad; o quizás deberíamos decir que
percibe la realidad a su manera. Ambos utilizan modos de cognición
de alto nivel. Nuestro cerebro es como una máquina, una caja doble
que tenemos en la cabeza, y cada mitad tiene su propia forma de
conocimiento, su propia manera de percibir la realidad externa.
Podríamos decir, en cierto modo, que cada uno de nosotros tiene dos
mentes conectadas e integradas por unos cables de fibras nerviosas
que unen ambos hemisferios. Ningún hemisferio es más importante que
el otro. Para poder realizar cualquier tarea necesitamos usar los dos
hemisferios, que se ayudan el uno al otro, especialmente si es una
tarea complicada. Cada hemisferio cerebral tiene un estilo de
procesamiento de la información que recibe. Hay personas altamente
especializadas en utilizar un hemisferio en lugar del otro, mientras
que otras emplean ambos de un modo más equilibrado: cada cual es un
mundo.
El hemisferio izquierdo, que tiene que ver con las funciones de: escritura, lógica, razonamiento y música rítmica. Por otra parte, el hemisferio derecho tiene relación con las funciones de intuición, emoción, imaginación, creatividad artística y la música melódica. Se puede decir que un hemisferio piensa y que el otro siente. El hemisferio izquierdo del cerebro controla el lenguaje y los pensamientos lógicos. A la inversa, el hemisferio derecho del cerebro es el que está involucrado en la creación de imágenes y también en lo que se conoce como inspiración.
El hemisferio izquierdo, que tiene que ver con las funciones de: escritura, lógica, razonamiento y música rítmica. Por otra parte, el hemisferio derecho tiene relación con las funciones de intuición, emoción, imaginación, creatividad artística y la música melódica. Se puede decir que un hemisferio piensa y que el otro siente. El hemisferio izquierdo del cerebro controla el lenguaje y los pensamientos lógicos. A la inversa, el hemisferio derecho del cerebro es el que está involucrado en la creación de imágenes y también en lo que se conoce como inspiración.
El hemisferio
izquierdo procesa la información analítica y secuencial, paso a
paso, de forma lógica y lineal. Es el que analiza, abstrae, cuenta,
mide el tiempo, planea procedimientos paso a paso, verbaliza, piensa
en palabras y en números; es decir, contiene la capacidad para las
matemáticas y para leer y escribir. Este hemisferio emplea un estilo
de pensamiento convergente (esto es, que converge, que da, que va
hacia…, que desemboca), obteniendo nueva información al usar datos
ya disponibles, formando nuevas ideas o datos que ya tienes. Aprende
de la parte al todo y absorbe rápidamente los detalles, hechos y
reglas; analiza la información paso a paso; quiere entender los
componentes uno por uno, y muchas cosas más.
El hemisferio
derecho, por otra parte, parece especializado en la percepción
global, sintetizando la información que le llega. Con él vemos las
cosas en el espacio, y cómo se combinan las partes para formar el
todo. Gracias al hemisferio derecho, entendemos las metáforas,
soñamos, creamos nuevas combinaciones de ideas. Es el experto en el
proceso simultáneo o de proceso en paralelo; es decir, no pasa de
una característica a otra, sino que busca pautas y un todo. Procesa
la información de manera global, partiendo del todo para entender
las distintas partes que componen ese todo. El hemisferio que lo ve
como un todo es intuitivo en vez de lógico, piensa en imágenes,
símbolos y sentimientos. Tiene capacidad imaginativa y fantástica,
espacial y perceptiva. Este hemisferio emplea un estilo de
pensamiento divergente. Aprende del todo a la parte. Para entender
las partes necesita partir de la imagen global; no analiza la
información, sino la sintetiza. Es relacional, no le preocupan las
partes en sí, sino saber como encajan y se relacionan unas partes
con otras, viendo todo esto, como un todo.
-Artes y
disciplinas: Platón y Aristóteles delimitaron la diferencia
existente entre arte y disciplina al afirmar que existe arte en las
cosas que se presentan de una manera determinada, pero podían
presentarse de otra; la disciplina, en cambio, se refiere a aquellas
cosas que no pueden ser de otra manera. Cuando algo se razona con
argumentos indiscutibles (2+2=4), pertenecerá al campo de la
disciplina; se hablará, en cambio, de arte, cuando lo que se debate
es verosímil y opinable. Es bastante curioso que en época tan
pretérita los pensadores griegos intuyeran la separación existente
entre ambos hemisferios.
Entre algunas de
las disciplinas más importantes se hallan la gramática, la
retórica, la dialéctica, la aritmética, el solfeo, la geometría y
la astronomía. Las artes recaen sobre la esfera de lo creativo: los
oficios artesanos, la filosofía, las artes y en definitiva toda
ciencia que es opinable. Los antiguos griegos tenían a la diosa
Atenea como la protectora del arte y de la ciencia creativa, era
además protectora de hilanderas y bordadoras. En su ciudad, Atenas,
estaba considerada la diosa de la sabiduría, desplazando a las musas
en el terreno de la literatura y la filosofía.
-Las palabras
guían: Todas las palabras tienden a generalizarse, perdiendo su
significado original, cuando la cultura de un pueblo decae o bien
cuando dejan de usarse. El lector se verá sorprendido por el
significado real de los vocablos relacionados con la mente. La pureza
de un lenguaje es directamente proporcional a la cultura de sus
hablantes y académicos a lo largo de la historia. En el castellano
moderno tenemos la desgracia de usar infinitos vocablos para un mismo
significado y pocos o ninguno para las sutilezas de la lengua, y no
se debe precisamente a la poca riqueza del español. No hay más que
ver el significado antiguo y moderno de los insultos. Estas sutilezas
pueden comprobarse en la siguiente lista de palabras relacionadas de
algún modo con el acto de discurrir.
Astucia: Del
latín astus. Agudo, hábil para engañar o evitar el engaño
o para lograr artificiosamente cualquier fin.
Cavilar:
Raíz kel-5 (engañar, burlar); procede del latín cavilla
"broma" "chanza" y significa "discurrir con
sutileza".
Conciliar:
Raíz keld-2 (gritar). Del latín concilium "reunión"
"concilio". Conciliar es componer, concertar opiniones
opuestas. Es sinónimo de pensar.
Considerar:
Raíz sweid- (brillar). Del latín considero "examinar"
(observar las estrellas con cuidado). Considerar es reflexionar algo
con cuidado y atención. Sinónimo de cogitar.
Creer: Raíz
kerd- (corazón). Del latín credo "creer, confiar". Las
creencias no vienen del cerebro sino del corazón.
Discurrir:
Raíz kers- (correr). Del latín curro "correr". Es
hacer correr el intelecto para llegar a alguna conclusión. El mismo
proceso que sigue un ordenador que busca datos en el disco duro.
Entendimiento:
Raíz ten- (tender, estirar). Del latín intendere "extender,
dirigir hacia algo", especialmente aplicado hacia la mente
(intendere animum in aliquid "prestar atención", de
ahí "oír" y "comprender").
Idear: Raíz
weid- (ver). Es vocablo de origen griego (sufijo wid-es-ya)
que significa "idea" "apariencia". Propiamente es
la imagen o representación que del objeto percibido queda en la
mente. Está fuertemente vinculado a la imaginación o fantasía.
Inteligencia:
Todos creemos saber
lo que es la inteligencia, incluso afirmamos, sin ningún ápice de
duda, qué individuos son inteligentes y cuales no. La cosa no queda
ahí, ¿cuantos libros se han escrito acerca de la inteligencia dando
por hecho lo que ésta es? Algunos consideran la memoria como
sinónimo de "inteligencia"; otros piensan que el sagaz es
inteligente; una buena parte de la mayoría da por hecho que un
erudito es inteligente, etc.
Formada por la preposición latina inter "entre, dentro de" y la raíz leg- (recoger, colectar y derivados que significan "hablar"). Del latín lego "recoger" "escoger" "leer". Con lo cual la inteligencia representa la capacidad de leer y hablar para recoger datos selectos y emitir un juicio.
Imaginar: Del latín imaginari "discurrir por medio de imágenes".
Formada por la preposición latina inter "entre, dentro de" y la raíz leg- (recoger, colectar y derivados que significan "hablar"). Del latín lego "recoger" "escoger" "leer". Con lo cual la inteligencia representa la capacidad de leer y hablar para recoger datos selectos y emitir un juicio.
Mientras mayor sea
el número de datos fiables poseídos por el individuo más opciones
tendrá para decantarse por la opción correcta. Una persona en
particular puede ser bastante docta pero carecer de sensatez o
juicio. Por otro lado alguien podría tener un gran sentido común
pero ser iletrado. En ambos casos la inteligencia no es completa. En definitiva una
persona inteligente es aquella sensata que posee mucha sabiduría
recolectada gracias a la lectura y a la conversación.
Imaginar: Del latín imaginari "discurrir por medio de imágenes".
Ingenio:
Raíz gen- (dar a luz, parir). Del latín ingenium "cualidad
innata, carácter". Es la facultad del hombre para inventar con
prontitud y facilidad. Forma parte claramente del hemisferio derecho.
Meditar:
Raíz med- (medir). Del latín meditor. Realmente es sinónimo
de calcular.
Pensar: Raíz
(s)pen- (estirar, hilar). Del latín penso "pesar". Reflexionar, examinar con cuidado algo para formar dictamen. Sinónimo de enjuiciar o conciliar.
Razonar:
Raíz ar- (colocar, ajustar). Del latín ratio-onis "parte,
trozo, cálculo". El razonamiento se realiza exclusivamente con
el hemisferio izquierdo.
Saber: Del
latín sapere "ser entendido", propiamente "tener
gusto, ejercer el sentido del gusto". Saber es conocer o ser
erudito. Sabiduría es sinónimo de inteligencia y lo contrario de
ignorancia.
Sagacidad:
Raíz sag- (buscar). Del latín sagax "dotado de buen
olfato". El sagaz es el individuo astuto y prudente, que prevé
y previene las cosas.
Sospechar:
Raíz spek- (observar). Del latín specio "mirar, observar".
Con preprosición sub. Significa literalmente "mirar desde
abajo, desconfiar". Es aprehender o imaginar algo por conjeturas
fundadas en apariencias o visos de verdad. Misma raíz comparte
"perspicaz" (el que mira de modo agudo y penetrante).
Suponer:
Raíz upo (debajo de). Del latín sub "debajo".
Conjeturar, calcular algo a través de los indicios que se poseen.
-Conclusiones:
Claramente relacionadas con el hemisferio izquierdo tenemos: razonar y
meditar; con el derecho: ingeniar, imaginar e idear; con el corazón:
pensar, creer y conciliar. Existe otro tipo de discurrimiento
asociado al instinto de supervivencia: la astucia, la cavilación, la
perspicacia y la sagacidad. De modo general, sin especificar su
origen, tenemos: discurrir o considerar. Tanto los animales como el
hombre tienen cerebro, si bien el género humano lo tiene
genéticamente más desarrollado (de ahí homo sapiens). Esto
puede demostrarse en el desarrollo de la filosofía (hemisferio
derecho) o la filología (hemisferio izquierdo), si bien muchos
animales tienden a ser más astutos que el hombre, pues requieren
especialmente de sus desarrollados sentidos para procurarse la
supervivencia. Es de notar que los hombres primitivos y los más
necesitados son bastante astutos y sagaces.
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