Ánima es sinónimo de alma, aunque también hace referencia a las
almas del purgatorio o almas en pena. Se usa en plural sobre todo para nombrar a
grupos de almas en pena, llamadas también "as ánimas", "recua", "rolda" y "a procesion o compaña das ánimas". En Galicia las ánimas salían del
purgatorio e iban a la iglesia como penitencia todas las noches. Las
glosas antiguas latinas dicen poco de las ánimas, solamente que
vagan errantes por las tumbas y que algunos paganos creen que pueden
llegar a ser peligrosas. En muchos lugares de España se emplean como asustaniños. En Cataluña se dice que cuando sopla un viento fuerte son los lamentos de las ánimas del purgatorio lamentándose de su situación.
En la tradición cristiana hay dos tipos de alma en pena, las
condenadas al purgatorio (con luces) y las condenadas al infierno o
Tártaro (sin luces). Su objetivo es importunar a los vivos para que
le ayuden a hacer algo que dejaron pendiente en vida que les impide
descansar en paz. Una vez logrado desaparecen, volviendo a aparecerse
en forma de paloma cuando logran salir del purgatorio. En Aragón se
les denomina “Almetas” y en la noche de todos los santos se les
dejaba un plato de alubias para que separaran tantas alubias como
misas quieren recibir. El Izugarri era un alma en pena que quemaba un
pañuelo para demostrar que estaba en el purgatorio. En el DRAE de
1726 "alma en pena" es “aquella que padece en el
purgatorio". Hay muchas leyendas en las cuales las ánimas dejan
una marca chamuscada de su mano en la pared o puerta de un edificio.
En otras historias, las ánimas mutan su forma humanoide en distintos
tipos de animales, no olvidemos que "animal" viene de
"ánima", pues pensaban que los ánimales tenían ánima.
La originalidad de la obra de Gregorio Magno (s.VI), bien situado en
el tiempo y la geografía, cosa que refuerza su credibilidad, es que
localizan los lugares de expiación en la tierra, allí donde vivía
tal o cual pecador. Precisamente esta opinión permitió a los
aparecidos no cristianos entrar en los escritos de los Padres de la
Iglesia y ser empleados con fines edificantes una vez ligeramente
retocado su carácter. Los muertos aparecen allí donde vivieron y
pecaron, pensamiento que no dista mucho de las creencias paganas: las
personas asesinadas se aparecen en los lugares de su muerte, y lo
mismo ocurre con todos aquellos cuya muerte fue anormal. La
posibilidad de expiar las culpas en la tierra desaparece al mismo
tiempo que nace el purgatorio, que acoge a quienes no fueron ni
totalmente buenos ni francamente malos, o sea la mayoría, a fin de
cuentas. Debido a la mayoritaria creencia en los difuntos entre los
paganos, la Iglesia ideó el purgatorio hallá por el s.X, aunque no
fructificó hasta el s.XIII. Era habitual rezar por ellas, a menudo se daban
donativos en las Iglesias para que se les dieran misas. Con el
purgatorio, se destierra a los muertos al mas allá. Si quieren
ayuda, sufragios, ¡que Dios los autorice a aparecerse en sueños a
los vivos!
"Ánima" tiene como raíz indoeuropea and- (respirar) y
procede del latín animus (aliento, mente) y anima (alma, espíritu, vida), otras palabras que comparten esta acepción
son: alma, animal, alimaña, magnánimo, pusilánime, ecuánime y
animosidad. Es importante comentar que todas las culturas de
la antiguedad creían que se pensaba con el corazón. El sabio San Isidoro da una buena
descripción de ambos:
El nombre de
ánima es de origen pagano, y se le llamó así a causa del aire. En
griego "aire" se dice "ánemos"; y es que los
hombres parecemos tener vida por el aire que respiramos, lo cual es
totalmente falso ya que el ánima es concebida mucho antes de que el
ser humano pueda respirar el aire por su boca, pues en el vientre
materno ya tiene vida. Por lo tanto el ánima no es aire, como
afirmaron algunos, incapaces de concebir que tuviera una naturaleza
incorpórea. Que el espíritu es lo mismo que el ánima lo declara
expresamente el evangelista cuando dice (Jn 10,18):
"Tengo
poder para exponer mi ánima y para tomarla de nuevo".
Refiriéndose
también a esa misma ánima del Señor, el evangelista, recordando el
momento de la pasión, nos dice lo siguiente (Jn 19,30): "E
inclinando la cabeza, entregó su espíritu". ¿Y qué es
entregar el espíritu, sino entregar el ánima? No obstante se le
llama ánima porque vive; en cambio, se dice espíritu debido a su
naturaleza espiritual, o porque inspira en el cuerpo.
Cabe decir
igualmente que ánimo y ánima son una misma cosa. Pero el ánima
está referida a la vida, mientras el ánimo lo está a la
inteligencia. De ahí la palabra "amentes" (sin mente). Y
es que la inteligencia tiene como función el saber, y el ánimo el
querer.
El DRAE 1726 da una definición muy completa del alma o ánima:
La parte más
noble de los cuerpos que viven, por la cual cada uno según su
especie vive, siente y se sustenta, o según otros el acto del cuerpo
que le informa y da vida, por el cual se mueve progresivamente.
Divídese en vegetativa, sensitiva y racional. La vegetativa consiste
todo en la potencia por la cual el viviente vive y se sustenta por
atractivo interior de otra sustancia, que convierte en propia. La
sensitiva es la potencia, por la cual el viviente siente. La racional
es el principio por el cual entiende y discurre. Toda alma racional
es sensitiva y vegetativa. Toda alma sensitiva es también
vegetativa, y ésta tienen los brutos. El alma vegetativa es sola de
las plantas.
El ánima y el ánimo son un principio vital que se encuentra en
otras culturas del globo con distintos nombres, para conocer más
datos debemos analizarlos.
1-Ba: Nombre para el ánima entre los Egipcios. Permite
cambiar de forma, puede moverse. Lo tienen hombres, dioses, algunos
animales y algunos objetos. De noche visita a las personas que ha
conocido. Equivale al Hamr normánico o al cuerpo etéreo.
2-Ka: Nombre del ánimo en el antiguo Egipto. Literalmente
"Vida", "energía". Lo tienen los vivos, muertos,
dioses, animales e incluso algunos objetos. El ka permite
recuperar los sentidos al cuerpo. El ka se asocia al deseo. En
cierto modo, el corazón es el órgano que permite llevar a cabo la
voluntad del ka. Lo tienen los vivos, muertos, dioses,
animales e incluso algunos objetos. Necesita alimentarse, no posee
movilidad, necesita al ba para obtener la parte espiritual de
las ofrendas (a veces incluso agua fresca). Está contenido en las
momias y en las estatuas (si es un Dios). Tradicionalmente ha sido
mal traducido como "espíritu", pero esta equiparación se
revela como insuficiente y problemática, ya que el ka es una
fuerza que da vida al individuo y que está asociado al cuerpo
temporalmente. El ka protege al hombre mientras vive y
permanece como protector tras la muerte, siempre que se cumplan unos
ritos específicos, ya que está ligado a la alimentación. En
algunos contextos parece transmitir un sentido de poder intelectual y
espiritual. Se ha interpretado como la fuerza vital del individuo que
se crea como su gemelo, dirigiéndose en el momento del nacimiento:
el uno a la tierra y el otro al mundo del más allá. Poseedores de
ka eran tanto los hombres como los dioses (sobre los 14 ka
de los Dioses) y ambos tenían lugares específicos para su culto.
3-Ki: Equivale en Japón a espíritu, ánima o pneuma.
Literalmente "aire" "aliento". Se recomendaba
nutrirse bien para mantener el ki. Se asocia a la vida y la
energía. Se consideraba que el viento es el ki de la tierra.
4-Númen: Es
el equivalente latino del ánimo. La fuerza, prestigio y
majestuosidad del emperador constituían su númen, al que se le
rendía culto popular junto a su genio. Númen significa literalmente
“voluntad divina” y “movimiento e inclinación de la cabeza”.
Según Marco Aurelio la felicidad
es un buen númen o un buen espíritu familiar. En la cultura
polinesia tenían un concepto similar llamado maná que conlleva
influencia, autoridad y eficacia. El maná puede obtenerse al nacer o
en la guerra. Las personas u objetos que poseen maná les da
autoridad, prestigio y poder. En la cultura melanesia es similar a la
eficacia y a veces mejor conocido como suerte. Algunos objetos
(amuletos) con maná cambian la suerte de su dueño. Nótese que
“mago” significa literalmente “persona con poder”.
5-Dýnamis: nombre con que conocían los griegos
al ánimo. Literalmente "poder", "fuerza",
"capacidad". El dýnamis se emplea en el Nuevo
Testamento para referirse al poder curativo de Jesús manifestado en
exorcismos o curaciones. No aparece en los relatos de resurrección
ni en los milagros de naturaleza. En su lugar aparece "ta erga"
(obras). Cada cosa tiene su dýnamis (poder) fuerza, capacidad
o potencia peculiar que se manifiesta cuando se pone en acción
(enérgeia). Los dioses tienen dýnamis. La facultad de
operar milagros no era de la exclusiva competencia de los dioses, la
compartían también algunos individuos dotados de una dýnamis
especial. Por medio del contactus se transfería fuerza
benéfica, por el contagius se transmitía fuerza maléfica.
El contagio puede ser inquinans, si la dýnamis es
maligna y mancillante; enervans, si produce la pérdida de la
propia fuerza y su traspaso a quien ha entrado con él en contacto; y
usurpans, cuando un portador de fuerza la pierde al ponerse en
contacto con un portador de otra más poderosa y hostil a la suya.
2 comentarios:
Un blog cojonudo.
Gracias, comparto tu opinión. Seguiré en la brecha.
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